PORTAL 2021 / 2022

 

Muestra Colectiva de Bordado con NUEVO REINO


El bordado es un medio de comunicación que se ha desarrollado desde los principios de la
vestimenta ayudando al humano en su búsqueda con la identificación cultural.
La ornamentación textil desplazó de cierta forma a antiguas técnicas de decoración del
cuerpo como el tatuaje y la pintura corporal y a través de esta herramienta se representó
lo religiosos, el estatus social, político o económico, individual o colectivo. Esta técnica
intrínseca al humano se ha mantenido fiel a sus herramientas, la aguja y el hilo, pero
mutable y permeable a los cambios sociales.
Esto hizo que la técnica fuera cambiando sus afiliaciones en cuanto el humano esperaba de
ella, en una etapa primaria estuvo asociada a la decoración y elaboración textil, luego
asociada a denotar aspectos políticos, sociales y económicos, así como también religiosos y
fue luego de la revolución industrial que se asoció a la escena doméstica.
Es a causa de este devenir histórico de la técnica y la segunda ola feminista de los 60-70
que muchas mujeres sintieron la necesidad de cortar con esta tradición textil, para
deconstruir ese papel pasivo e impuesto de lo femenino. Para la mayoría estó simbolizó un
acto de rebeldía casi obligatorio para poder construir la nueva visión de lo femenino en
términos de equidad de géneros.
Pero gracias a artistas como Chicago y Amer que tomaron y reivindicaron la técnica
pasando de femenina a feminista, de lo privado a lo público, de lo decorativo a lo artístico,
es que hoy podemos plantearnos retomar e integrar esta técnica a nivel artístico
indiscutido y al mismo tiempo replantearnos nuestra concepción de lo femenino.
Igualmente el bordado, más allá de ser entendido como un hacer ornamental, es una
escritura que permite integrar la creación y el registro, en diferentes contextos (Collins,
2016; Jana, 2016; Parker, 2010) y ha servido también para reunir a las mujeres,
configurando espacios de solidaridad, creación y conspiración.
Y aunque desde la visión de un sector del feminismo, estos espacios de bordado fueran
relegados y mal vistos, estos fueron los únicos dentro de un sistema opresor familiar que
tenían las mujeres para hablar de sus experiencias, salir del hogar y manifestarse
abiertamente con pares. Y es este espacio el que intento recuperar y resignificar en mis
talleres.